Kitsune de Ron Ilustrador
Nos encontramos en un espacio donde la magia y la leyenda se funden con la realidad; en medio de esta historia conoceremos a unas fascinantes criaturas, que siendo en su forma natural zorros, pueden adoptar la forma de preciosas mujeres, cuyo don principal es el de la seducción.
Algunas leyendas las consideran espíritus del bosque por su estado de iluminación, sus poderes y su retorcido sentido del humor, que las llevará a juzgar a aquellos que sean demasiado orgullosos, además de propinarles una valiosa lección de humildad y moderación.
Tras adquirir el aspecto de bella mujer, para lo cual portan una calavera sobre su cabeza, su naturaleza astuta y pícara les permite camuflarse bastante bien entre los seres humanos, en condiciones normales son difícilmente identificables, salvo que cometan algún descuido y sus colas queden al descubierto, o en su sombra podamos adivinar el perfil de un zorro.
Toda esta fuerza, magia y poder, se traducen en un carácter ingobernable, libre y seductor, que es el eje principal y unificador de las mujeres que conforman esta exposición. Todas son poderosas, traviesas, bellas… y tienen algo más en común:
Son Kitsunes.
El arte de Ron Ilustrador nace de la necesidad de materializar su forma personal de ver el mundo. Es una manifestación tangible de su pensamiento, de las cosas que siente. La principal fuente de inspiración la encuentra en el poder que encierra la belleza femenina. Una belleza que a primera vista puede parecer frágil, y que sin embargo encierra en si misma una gran paradoja. Es una fragilidad que conduce a la atracción, a la seducción, a la suavidad… lo cual otorga un innegable poder a los personajes.
La seducción, y todo lo encierra esa palabra, que en sí misma hace cosquillas en el paladar cuando la pronuncias, es lo que persigue de manera incesante – quiero mostrar la seducción de lo cotidiano, convertir cualquier momento o gesto insignificantes, en fuerzas magnéticas a las que no podamos resistirnos.
Esa fuerza que desprenden es la que enciende la chispa y el deseo de conocer a los personajes… a los que en nuestro interior… y en total secreto, deseamos parecernos.
Mi trabajo, dice Ron, no encierra un “significado” por decirlo de algún modo… mi trabajo es en sí mismo una forma de vida. Es una forma de hacer una declaración contundente de la importancia que tienen los valores estéticos y la forma en que los comprendo.
